Nada más comenzar la conferencia, el experto ya propuso a los presentes una dinámica de grupo: debían buscar a un compañero y plantear un objetivo a un año vista: “quiero ser más optimista”. En parejas de dos, cada uno de los participantes debía hablar con el otro siempre de forma positiva respecto al objetivo que había conseguido, “ahora te veo que estás mejor, más animado, hablas más”. Tras concluir el ejercicio, Ivars pulsó la opinión de varios participantes y en ellos se demostraba la alegría y las ganas de cambiar y afirmó “veís ahora todos tenéis una cara diferente a la que teníais cuando habéis entrado aquí”.

El experto explicó como se pueden adquirir los conocimientos y las herramientas prácticas para, a través de las dinámicas de grupo -como las que puso en práctica ayer-, basadas en una metodología didáctica inspirada en la participación-acción, desarrollo personal, coaching y la inteligencia emocional, conocer y poder afrontar las situaciones de cambio.

Para ello, expuso un programa con varios puntos:

1. La gestión personal y profesional a través de la inteligencia emocional
2. Como afrontar los cambios ante situaciones difíciles
3. El proceso emocional básico
4. El autonoconocimiento como motor de cambio. Las competencia personales y sociales: iniciativa, responsabilidad, trabajo en equipo.
5. Las creencias limitantes y potenciadoras ante el cambio
6. El líder-coach resilente ante los procesos de cambio

Ivars desgranó por qué las competencias son importantes y definió éstas como una parte más de la inteligencia emocional. En clave de las organizaciones, el ponente explicó cuáles son los objetivos que estructuró en torno a los servicios o bienes que producen para los clientes. Ambos tanto clientes como la organización luchan: los primeros por la calidad, el segundo por la competitividad.
En otro momento de su conferencia analizó el miedo que tienen las personas/organizaciones al cambio lo que afecta a los resultados de las dos. Los disparos del miedo se dirigen contra: el talento, el cambio y la visión a largo plazo, la calidad de vida y la felicidad y la innovación y la creatividad. Y expuso las reacciones de las personas ante el miedo: la huida, la defensa agresiva, la inmobilidad y la adulación para concluir: “hay que mirar al miedo a la cara, gestionarlo y superarlo, lo que constituye una oportunidad”.

Ivars se preguntó donde está el miedo y respondió: en la persona, en el grupo-equipo, en el Jefe, en la organización o en el entorno. Por ello propuso la generación de un entorno flexible que genere confianza: supone la demanda de nuevas competencias. Y apuntó que las competencias requieren:

• Capacidad de trabajo en equipo
• Iniciativa
• Ser comunicativo
• Tener capacidad de resolución
• Implicación en la empresa
• Dinamismo
• Confianza en uno mismo
• Facilidad de expresión
• Capacidad de superación
• Estar abierto a la formación
• Identificación con los objetivos de la empresa
• Ser responsable
• Organizado
• Capacidad de liderazgo
• Adaptable
• Capacidad de análisis y síntesis
• Polivalencia

Las competencias pueden ser técnicas, personales, sociales y organizativas y la forma de adquirirlas es a través de la familia, la escuela, los amigos y grupos informales, la empresa, las organizaciones, el trabajo y el entrenamiento personal.

Las emociones y su traslación al cerebro

Asimismo analizó las emociones y sus efectos y la reacción que tiene en nuestro cerebro, para lo que expuso los dos lados que tiene el órgano más vital del ser humano: ya que una parte es emocional y la otra es racional. La parte racional: gestiona el cambio; regula las emociones; asume responsabilidades; el compromiso, y da cuenta de las habilidades sociales y directivas. Mientras, la parte emocional: siente el cambio; la intuición, es la que toma las decisiones; se encarga de la automotivación y la creatividad. Asume la comunicación efectiva, la confianza, empatía y liderazgo. En este punto, Ivars preguntó a los presentes que hemisferio predominaba en cada uno de ellos..

Pero la pregunta clave fue ¿qué aporta la emoción al mundo profesional?: la influencia del cerebro emocional en personas con éxito: entre el 70% y 90%; la toma de decisiones tiene un componente emocional del 80% y los profesionales sobresalientes tienen el 80% de competencias emocionales.

Otra de las partes de la charla el experto se refirió a las competencias personales, relacionales y sociales e invitó a todos a reconocer las propias emociones y sus efectos así como a tener confianza en uno mismo, algo que consigue tras conocer “nuestros recursos, capacidades y limitaciones internas). Además, presentó unos mecanismos para la autorregulación de los estados de ánimo, los impulsos y los recursos internos: Autocontrol, confiabilidad, adaptabilidad e innovación.

En cuanto a las competencias sociales, explicó que se trataba de la empatía (a través de la comprensión de los demás y la conciencia política) y las habilidades sociales como la influencia, la comunicación, el liderazgo, la resolución de conflictos, la colaboración y cooperación y las habilidades de equipo.

Ivars puso deberes a los participantes en la charla y les entregó un documento para evaluarse respecto a las competencias personales así como las emocionales.

(Xàbia al Dia)