Según detalló el conseller tras reunirse con el observatorio -del que forman parte asociaciones de consumidores, mercados, supermercados, grandes superficies, pymes, sindicatos, cámaras de comercio y las federaciones y confederaciones de comerciantes-, su propuesta para regular las zonas turísticas de la Comunitat apenas difiere de las reclamaciones que abanderaban las patronales del pequeño comercio Cecoval y Covaco y la asociación de supermercados Asucova, que celebraron un pacto alcanzado «por el 90% del Observatorio del Comercio».

En concreto, el Consell impondrá en el decreto que las Zonas de Gran Afluencia Turística deban cumplir al menos uno de los dos siguientes requisitos: que el 20% de las viviendas de la zona sean segundas residencias ocupadas o que cuente con un mínimo de 15 plazas hoteleras por cada cien habitantes. Alcanzar uno de estos dos criterios permitiría al lugar abrir sus comercios los domingos y festivos de verano (entre el 15 de junio y el 15 de septiembre) y en Pascua (desde el Domingo de Ramos hasta el lunes de San Vicente).

La liberalización podrá ampliarse si los municipios acreditan que, durante el tiempo para el que solicitan la prolongación de la consideración de zona turística, tienen más de un 50% de ocupación tanto en sus hoteles como en las segundas residencias, cuya actividad será constatada a a partir del volumen de residuos generados en el municipio. Las zonas turísticas también podrán decretarse para eventos deportivos y culturales -sólo durante la celebración de los mismos- y si una ciudad recibe más de 40.000 cruceristas al año.

Otra de las aportaciones de la ley será la posibilidad, por parte de los ayuntamientos, de sustituir los diez festivos autonómicos en los que se permite la apertura por los días festivos de la localidad que considere oportuno el ayuntamiento, un hecho que también podría perjudicar a las grandes superficies cuyos clientes procedan de más allá del municipio y que, por tanto, prefieran abrir los días previstos en el calendario autonómico.

Por contra, este aspecto contiene el que es el único guiño a las grandes superficies del decreto: una posible ampliación de los días festivos de apertura si así lo determina el ayuntamiento. El texto contempla permitir a los consistorios «gestionar algún día de apertura adicional» cuando se junten dos días festivos seguidos. Esto supondría, por ejemplo, que los comercios abrieran en domingo cuando el lunes siguiente fuera fiesta local -siempre que la administración local opte por acogerse a esta vía-. La fórmula no gustó a la patronal de grandes superficies Anged, que pedía elevar de 10 a 16 los festivos con actividad y vaticinó que la medida finalmente acordada tendrá un impacto «mínimo». En efecto, para grandes superficies como Ikea o Bonaire, cuyos ayuntamientos -Alfafar y Aldaia- son contrarios a la apertura dominical, resultará complicado obtener el beneplácito por parte de la alcaldía.

Por último, el conseller anunció que, para decretar las denominadas zonas de turismo de compras, se exigirá que el 40% de la clientela provenga de más de 100 kilómetros de distancia. En su primer borrador la tasa era del 30%, pero la Generalitat ha decidido subirla un 10% tras reclamar Cecoval, Covaco, Asucova y el Consejo de Cámaras que se elevara al 50%.

(Las Provincias)